lunes, 30 de septiembre de 2013

El nombre



En el primer embarazo, creo recordar que el nombre de chico inicialmente lo teníamos bastante claro: Carles (de Carlos en valenciano). Con el de chica no nos pasaba lo mismo. Todo era buscar nombres, orígenes y significados...
Ahora, ese nombre inicial ni tan sólo se ha tenido presente. Sin darle muchas más vueltas, ya tenemos claro el nombre: Pau. Tanto si es chico (de Pablo, en valenciano), como si es chica (de Paz, igualmente en valenciano). Ya no nos hemos calentado más la cabeza, incluso es fácil de decir para quien ya hace tiempo que se ha estrenado con sus primeras palabras. Lo cierto es que Pau me resulta más habitual para chico. Para una chica, aún me cuesta un poco, pero bueno, todo se andará y tampoco es la primera chica que conozco que se llama Pau.
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jueves, 26 de septiembre de 2013

El segundo



Hasta ahora todo el mundo nos preguntaba, quizá con cierta sorna, cuándo íbamos a por la parejita. ¡No te fastidia! ¡Tenlo tu!, solíamos pensar, pero hay que ver cómo cambian las personas. A menudo también oigo quienes dicen que “uno no es ninguno”, como queriendo decir que no se sabe verdaderamente lo que es ser padres hasta que no se tiene más de un hijo. Igualmente hay quienes después te animan diciendo que con dos hijos, el trabajo no se multiplica por dos, sino por tres...
Pero bueno, ahora ya está hecho. Esperemos que vaya todo bien. Por lo que respecta a mi mujer, está mucho mejor que en el primer embarazo. Esto si, se cansa, pero no tiene angustias y parece que todo va mucho más rápido. Casi sin darnos cuenta, estamos cerca de la mitad del embarazo y no nos hemos dado ni cuenta, tal vez porque las atenciones que requiere el primer hijo no te permiten invertir tiempo en otros menesteres. Eso si, con respecto al primer embarazo, parece que hay más fotos del anterior que de este. Dicen que sucede lo mismo con los hijos. Del primero, con la ilusión y el estreno de la paternidad, se hacen más fotos y los sucesivos nacimientos, parece que pasan algo más desapercibidos.
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martes, 17 de septiembre de 2013

¿Un desliz?



Resulta curioso el morbo de la gente, porque cuando tras las vacaciones de verano, mi mujer ha ido diciendo a sus compañeras que estaba embarazada, lo primero que le han preguntado todas es si se trata de un embarazo deseado o ha sido un desliz. Hacer esta pregunta de este modo, también puede resultar un tanto descarado u ofensivo; contestar a ella con sinceridad, depende mucho de la confianza en las otras personas y no creo que a veces se tenga tanta para decirlo tan abiertamente a muchas de ellas, que siempre son tan proclives a los chismorreos. De todos modos, la pregunta también alude un poco a una irresponsabilidad sexual adolescente, aunque tal vez esto también pasa mucho entre los adultos. ¿Por qué será? Parece ser que la atracción sexual tiene más poder que la voluntad y la responsabilidad.
Tener hijos, por unos motivos u otros, no siempre ha sido fácil; a lo largo de la historia de la humanidad, ha habido crisis, guerras o situaciones familiares complejas, que aún así y todo, han sido sorteadas y como valientes o atrevidos, la gente ha ido aventurándose a tener hijos. En la mayoría de los casos, de forma intencionada; en algunos otros, realmente por un desliz ante una práctica arriesgada sin las precauciones necesarias. Pero traer hijos al mundo, aunque es fácil, también exige mucha responsabilidad para, en ocasiones, hacerlo tan a la ligera.
En nuestro caso, como en el de mucha otra gente, se tenga o no el valor de decirlo abiertamente, también podría haberse dado el caso del desliz, pero aunque lamentamos decepcionar al morbo de la gente, hemos querido y decidido ser padres nuevamente, con lo que ello implica en estos otros tiempos difíciles.
Estamos disfrutando mucho de la experiencia anterior y queremos repetir.
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jueves, 12 de septiembre de 2013

¡A POR ELLO!



Se dice que las mujeres tienen el mismo deseo sexual que los hombres, pero que por la cultura, se ha tapado más y que ellas no lo ponen tan de manifiesto, que son más discretas.
Se diga lo que se diga, no me parece que sea así, porque habiendo confianza dentro ya de una pareja estable y en una unión socialmente aceptada, apartados de la presión cultural y el que dirán, si hay ganas por parte de los dos, la acción sexual sería muy periódica (como parece que se da en la fase inicial de enamoramiento, en la que abunda la pasión y el deseo).
No parece que sea siempre el caso. Si por los hombres es, lo harían todos los días y dejado de lado las fanfarronerías, en cualquier conversación entre hombes podemos escuchar que no resulta así. Igualmente abundan los prostíbulos para hombres o las películas porno y la publicidad de la red sobre esta temática está más dirigida a los hombres. ¡Por algo será!
¿Pero qué pasa cuando la mujer tiene el objetivo de quedar embarazada? ¡Se pone a la tarea como nunca!. ¡Y qué bien se lo pasa uno en esta actividad sexual! Íntima, sin barreras. ¡Total! Se recupera esa pasión y actividad de novios recién enamorados. Logrado el objetivo, todo vuelve una vez más a su cauce. La actividad sexual cae en el ocasional y esporádico, y porque el varón insiste, sino, con el pretexto del embarazo... Llega el período de abstinencia. Y después... ¡La cuarentena! Y después... ¡Que el bebé te deje un momento de intimidad!
Dicen que el deseo sexual cambia, que cambian las prioridades, que la paternidad cubre ese interés. Yo tengo ganas, deseo y tiempo para ser padre y para querer disfrutar de las relaciones con mi mujer. ¡Y además también tengo tiempo para escribir mis sentimientos e inquietudes!
¡Quizá es porque soy muy organizado!
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