domingo, 26 de febrero de 2012

163 Con cuchara

Como siempre la llevamos con nosotros a todas partes, comemos con ella en brazos y en el último mes, intenta cogerlo todo y la mayoría de las veces para pasárselo por la boca. Si no vas con cuidado, a la que te descuidas, tira del plato, del vaso, te coge los cubiertos o te mete la mano dentro del plato.

Bueno, a ver si viéndonos comer se anima a comer ella también. Seguimos con sus trece. No quiere que nadie le meta una cuchara en la boca con alimento alguno. ¿Podrá con nosotros?.

Finalmente hemos conseguido que de vez en cuando se coja ella misma un trozo de fruta y lo chupe. Parece que la manzana, la pera y el plátano, por separado, le gustan. La naranja o la mandarina, nada de nada.

¡Bueno!. Quizá por ahí se empieza. Seguimos con los intentos de la cuchara sin éxito alguno. Nos gira la cara, escupe lo poco que le entra o no traga nada de lo que tiene en la boca o incluso, llega a producirle arcadas. “Pues tiene que comer, nos dicen todos”. ¡Esto empieza a parecer todo un problema!. En breve tenemos la siguiente visita con el pediatra. Seguro que nos echa la bronca.

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domingo, 19 de febrero de 2012

162 Correcaminos

Con seis meses y medio, nuestra hija tiene unas ganas enormes de caminar. Sentada sobre nuestros brazos hace sobreesfuerzos para tirarse del sofá y sujetándola de las manos, da sus primeros pasos de un modo sorprendente. Se sujeta plenamente por sí misma con sus piernas, pero no tiene el equilibrio necesario y ha de cogerse a algo o a alguien. Es increíble e inimaginable ver cómo corre tan pronto. Y no lo hace con tímidos pasitos pequeños y cortos o de puntillas, sino a zancadas, tirando de quien le sujeta. Incluso intenta soltarse para tratar de coger cualquier cosa que le llame la atención. Y ¡hay qué ver cómo se agacha!. Parece una vieja echando todo el culo atrás.

Por si fuera poco, también brinca. No para de moverse ni cuando la llevamos en la mochila. Las manos y los pies se mueven a un ritmo frenético, hasta el punto de que empiezan a suponer todo un riesgo para mis partes. Si por ella fuese, se pasaría el día caminando. Pensamos que quizá no debe ser bueno para sus piernas, pero al fin y al cabo, ella es la que lo demanda y la que se sostiene. Lo cierto es que sus piernas parecen ya dos suculentos muslos de pavo.

Da miedo ver esa vitalidad y ver que ya le interesa todo. Una piedrecita, un palo, una flor, una pinza... Unos pasos y a por ello.

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sábado, 11 de febrero de 2012

161 Repostaje on-line

El senderismo es una de las actividades que siempre nos ha gustado practicar. Haber sido padres no ha supuesto ningún impedimento para dejar de practicarla, es más, quizá constituye un reto aprender a hacer de todo afrontando la nueva situación familiar.

Con apenas dos meses, ya habíamos ido de romería con la pequeña a cuestas. Con casi seis meses ya hemos recorrido con ella todas las montañas de nuestro alrededor, e incluso, hemos viajado al extranjero.

Está todo el día colgando de los brazos de uno o de otro y parece prestar atención a todo y lleva muy bien el senderismo, siempre colgada dentro de una mochila con la que cargo con ella delante y en la que incluso se duerme con el balanceo de nuestros pasos. En la última marcha que hicimos, se nos ocurrió una idea quizá un tanto disparatada, pero sin soltarme yo a la niña, mi mujer le acercó la teta, y en esa pequeña pausa, la niña desayunó y proseguimos el camino. Si alguien nos hubiese visto parados en medio del monte, tan juntos, de pié, habría pensado cualquier cosa salvo que estábamos amamantando a una pequeña entre nosotros dos.

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domingo, 5 de febrero de 2012

160 Inicio de las papillas

En la anterior revisión nos pautaron ya que empezásemos a darle papillas al bebé. Así, a los cinco meses debíamos empezar con la papilla de frutas en la merienda: medio plátano, media manzana, media pera y el zumo de media naranja. “Nada de ponerle una galleta o azúcar para que se lo coma... y con cuchara. Nada de biberón”. Hasta que no vi la cantidad de papilla que suponía, no me imaginé la clase de salvajada que quizá se pretendía. ¿Cómo iba la pequeña a comerse toda esa cantidad?. A los seis meses debíamos introducir los cereales sin gluten en el desayuno.

Bueno, pues si hay que hacerlo, se hará, al fin y al cabo ellos son los especialistas. Llegado el día, la pequeña nos venció con su negativa por cinco asaltos. Al parecer, a partir de aquel momento, empezó a descubrir el movimiento giratorio de la cabeza, como una negación que repetía constantemente. Sólo faltaba oírla pronunciando el NO, con ese gesto. ¡Como para llevarle la contraria!. Parecía que le pasase algo, haciendo el movimiento de negación cada dos por tres.

Lo intentamos una y otra vez. Finalmente siempre tenía que ser mi mujer la que se tomase las papillas, porque no estamos para tirar alimentos. Ni potito, ni con leche artificial, ni con leche materna, ni con agua, ni una fruta sola, ni sin naranja, ni cereales, ni tan siquiera quería ahora el biberón que antes tanto pedía.

Frustrados, abandonamos los intentos hasta la próxima visita del pediatra.

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