martes, 30 de agosto de 2011

148 Todoterreno

La niña tiene un mes y medio y ya le ha encantado bañarse en el mar al atardecer y dormirse con el sonido de las olas; ha visitado todos los parajes naturales de alrededor de nuestra ciudad, atravesando ríos y arboledas, incluso ha subido a una de sus cimas más altas; ha ido de excursión con sus primos y también con sus vecinas a las que igualmente ha acompañado en bicicleta; ha visitado todos los barrios de nuestra ciudad y se ha venido de tiendas para comprarle a mi mujer un vestido para una boda; ha ido de visita a casa de algunos amigos; ha comido y ha cenado fuera de casa y el próximo fin de semana se viene de boda.

¡Para que digan que con niños no se puede ir a ningún sitio!. Sólo nos faltaría probar ir al cine, ahora que hay algún buen estreno. Quizá alguien pueda pensar que todo esto es demasiado para ella, pero lo cierto es que si nos paramos, se pone a llorar y parece que le va la marcha y salir de casa. Y aunque no deje dormir mucho por las noches, porque para ella la teta es algo sagrado, ya sea de día o de noche, o aunque el mundo entero duerma, lo cierto es que se porta muy bien durante el día, yendo colgada de nuestros brazos a todas partes, dormitando o mirando con atención cuanto nos rodea.

"¡Que se acostumbre a ir en el carro, que así la malcriaréis!", volvemos a oír unas cuantas veces más cuando nos la ven colgando de uno de esos pañuelos para llevar a los bebés en contacto con el cuerpo.

Ella va cómoda y tranquila y yo también llevándola conmigo. Por el momento he de decir que me resulta mucho más práctico que el carro. Poco a poco parece que así vamos empezando a retomar algunas de nuestras actividades y aunque cargue con su peso,  yo ya he empezado a perder bastante peso también.

No hay comentarios:

Publicar un comentario