viernes, 12 de agosto de 2011

138 Zona nudista

En casa parece que no podemos ir vestidos, porque basta ducharse o cambiarse de ropa, para pronto estar cubiertos de vómitos o eructos con babas, o incluso, filtraciones del pañal ante una soberana cagada o gran meada.
Es verano y por suerte, vamos ligeros de ropa o incluso buena parte del día, sin ella. Además que con el calor tampoco apetece ni tan sólo llevar una camiseta y también resulta mucho más cómodo. Así que estamos como nos trajeron al mundo, con la niña de brazos en brazos y completamente desnudos como una familia de una tribu indígena y eso que supone un gran peligro cocinar desnudo, por ejemplo una fritura.
Y cuando una visita llama al timbre, hemos de ir los dos a la carrera para ponernos algo con lo que recibirles, casi pasándonos la niña como si de un balón de rugby se tratase.

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