jueves, 30 de junio de 2011

099 Primeros sustos

El domingo estaba dando una vuelta con la bici con mis amigos cuando de pronto sonó el teléfono. Era mi mujer. Todos exclamaron mi nombre. ¡Que ya viene!. Cuando contesté, simplemente me dijo que ya había almorzado y que si quería, que me comprase yo los churros que habíamos quedado en almorzar, que ella ya había hecho el chocolate. ¡Falsa alarma!. ¡No es nada!. "Dile que no nos de esos sustos, añadieron algunos de mis amigos.
Ayer me quedé a comer en el trabajo y poco después, sonó el teléfono. Otra vez era mi mujer. ¡Llamarme ella a estas horas… Ahora sí!. ¡No es habitual que me llame nunca!. Pero nada. También se trataba de otra falsa alarma.
Ahora veremos. ¡Dicen que a la tercera va la vencida!.
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martes, 28 de junio de 2011

098 Contracciones, sexo y chocolate

Esta semana sale de cuentas. Si no se adelanta o se atrasa, en unos días seremos padres. Como nos dicen todos, “salir, tiene que salir”. Yo digo que quizá la niña no encuentra las llaves, aludiendo también a que mi mujer siempre se las deja en cualquier parte. “Si es por la llave, métesela tu”, me dijo ayer un amigo. Dicen que el esperma contiene prostaglandinas que ayudan a dilatar el cuello del útero. También nos dicen que tomando un chocolate bien caliente se puede inducir el parto. Nosotros lo hemos probado todo y por el momento nada de nada. No hay resultados, por el momento incluso ni con la homeopatía que le han recomendado.

Los días empiezan a hacerse ya largos. Se le hinchan las piernas. Siente calambres. Las noches también se hacen especialmente pesadas porque ella no encuentra una postura realmente cómoda y con la que no acabe sintiendo dolores en la espalda.

Por el momento las contracciones tampoco parecían llegar, hasta que hace algunos días ha empezado a sentir lo que ella define como unos pinchazos entre el muslo y la ingle. Supongo que deben ser contracciones, porque todo el mundo nos ha hablado de ellas y lo dolorosas que son, pero no las han definido con concreción.

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sábado, 25 de junio de 2011

097 El llanto y la paciencia

El otro día, de vuelta a casa tras haber hecho una buena ruta por la montaña con la bici, pasé por al lado de una madre que llevaba a su hijo llorando en el cochecito. "Acostúmbrate a oír eso todos los días", me dijo uno de mis amigos.
Lo cierto es que no hay nada que me guste menos que oír llorar a un niño. Pero también al día siguiente, cuando acabé de trabajar, me crucé con otra madre que llevaba un carrito con otro niño que tampoco paraba de llorar. No me resultó nada molesto y me sentí en cierta manera como atraído o hechizado, deseoso de tener ya a nuestra hija entre los brazos.
Pero seguro que puede llegar a resultar duro si el bebé llora y llora y llora y no sabes bien qué pasa o qué hacerle. Sin duda ser padre será un gran ejercicio para entrenar la paciencia.
Mi madre me dijo que yo de pequeño lloraba tanto, que un día mi padre dijo "que se calle ya o lo tiro por la ventana". Poco después e pudo descubrir que yo tenía una gran infección de oídos. Estas pueden parecer unas palabras realmente duras para un padre. Espero no dejarme llevar por la ira y no perder nunca la paciencia de este ni de ningún otro modo. Sin lugar a dudas debe ser todo un ejercicio de entrenamiento que espero poder aprobar, porque lo cierto, es que hay aspectos de mi vida en los que soy poco paciente y acabo exaltándome con facilidad, quizá mezcla de la pasión de mi carácter.
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miércoles, 22 de junio de 2011

096 Noches ajetreadas

En los últimos días, quizá atribuyéndole algo de causa al repentino calor que nos ha sobrevenido con un verano que parecía no querer llegar, las noches se hacen largas. Nos acostamos tarde; nos levantamos pronto. No conseguimos conciliar un sueño profundo y duradero. Todo son vueltas en la cama; taparse con la sábana, quitárnosla, levantarse a beber o a orinar...

Quizá también es ya parte de la inquietud que sobreviene con saber que todo está a punto; queremos que nazca, la esperamos de un momento a otro. Estos últimos días se van haciendo largos y pesados, sobre todo para ella y más con el calor.

Así que una de esas largas noches de desvelo, cerca de la madrugada, decidimos levantarnos para ir a ver el amanecer. ¿Desde dónde podríamos verlo mejor?.

A mi no se me ocurrió otra cosa que ir al Castillo de Cocentaina, situado en una población vecina. A las 6 de la mañana estábamos en el retén de la policía local que custodia las llaves del castillo. “Comprendo que estas no son horas, pero no podíamos dormir...” Le dije a la mujer policía que sin poner pega alguna, ni hacer ningún comentario al respecto, tomó mi documento de identidad y teléfono, rellenó el formulario y nos dio las llaves, quizá esperando que esto no sirviera de precedente o a saber qué otras cosas pensaría.

A las seis y media estábamos ya en las puertas del castillo donde nos sorprendió encontrar a otro hombre haciéndole un reportaje fotográfico a una figura, con el amanecer de fondo.

Abrimos el castillo, le ofrecimos subir para tomar fotos desde arriba y por nuestra parte, también fotografiamos el paisaje, el amanecer desde el castillo, viendo como poco a poco el sol nos bañaba la cara.

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lunes, 20 de junio de 2011

095 Fatigas

Desde que se quedó embarazada, dejé de ir con la bici con ella o con mis amigos. También abandonamos por completo el senderismo que antes nos llevaba a hacer marchas de varios kilómetros. Igualmente dejamos de practicar tenis o squash. Todo esto principalmente para evitar situaciones de riesgo o también porque ella se fatigaba mucho.

Así que mientras su barriga ha crecido, a causa de la inactividad, la mía también ha ido creciendo. Y eso que aún no han pasado nueve meses. Además, antes no cenaba más que alguna fruta. Desde que se ha quedado embarazada ella cena bastante más que una fruta. Así que mi insaciable apetito, tampoco ha podido resistirse y si ella se pasaba el día comiendo, si yo estaba a su lado, comía con ella.

Es normal que ella coja peso, pero hace un mes, yo llegué a mi peso máximo histórico, así que decidí que al menos podría salir un rato los domingos con mis amigos y la bici. Pero ahora me cuesta un montón coger su ritmo. Noto como me falta la respiración y eso que sólo llevo unos cinco kilos de más. Otras veces había dejado de coger la bici durante una larga temporada y después la cogía como si nada. Ahora es diferente. Parece que estoy mayor. Comprendo así su pesadez, su fatiga y las ganas que tiene de quitarse ya este peso de encima.

Pero por el contrario, hasta hace poco, ella se cansaba mucho al caminar y ahora parece que esas fatigas han desaparecido. Últimamente está más activa que nunca. Ahora tiende la ropa, cuando antes siempre la ponía en la secadora. Cocina, friega los platos... Son cosas que nunca hacía. Es como si de pronto tuviese más vitalidad, energía e iniciativa que antes, que era yo quien me encargaba de todo esto.

Tendré que prepararme físicamente como si me estuviese preparando para unas oposiciones de bombero, porque tengo claro que dentro de cuatro años yo estaré en la frontera de los cuarenta y nuestra hija estará eclosionando en su imparable actividad física. Necesito estar a la altura.

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viernes, 17 de junio de 2011

094 Decisiones respecto al parto

Hemos estado marcando en la cartilla de embarazo aquellas decisiones que nos gustaría que se respetasen en el momento del parto, claro está, dentro de las opciones que aparecen reflejadas dentro de la cartilla. Una chica que conocemos dice que ella redactó sus propias preferencias.
Por el momento, nosotros nos ceñimos a lo que aparece en la cartilla, aunque elijamos lo que elijamos, es únicamente orientativo, porque según le explicó la matrona de las clases de preparación al parto, todo dependerá de cómo evolucione en ese momento y de cómo vaya todo.
Si tenemos suerte y ese día está el anestesista, no le importaría que le fuese administrada la anestesia epidural u otros métodos alternativos para paliar el dolor. También quisiéramos el pinzamiento tardío del cordón, hasta que este pierda su latido. Igualmente quisiéramos un contacto prematuro con la madre y que no se le administrase ningún tipo de biberón para ver si se coge a mamar lo más pronto posible, proporcionándole los primeros cuidados sin separarlo de la nosotros. Y por último, ser yo quien cortase el cordón, aunque en este punto me surge una inquietud un tanto absurda: para mi representa ser yo quien rompa ese vínculo vital entre madre e hija. Pero bueno, es ley de vida.
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miércoles, 15 de junio de 2011

093 Aficiones un tanto peligrosas

El momento del parto está cada vez más cerca y parece que este último mes se va a hacer el más largo de todos. Como está de baja, cada mañana se dedica a dar un paseo de una hora por el campo, por suerte en un lugar bastante transitado de gente. Le digo yo que cualquier día han de asistirla allí en medio del campo porque yo no llegaré a tiempo desde el trabajo.

Por mi parte, cada domingo me voy con unos amigos a dar una vuelta con la bicicleta de montaña. Ellos no paran de decirme entre risas que no me vaya muy lejos y que tenga el móvil a mano, pero a veces vamos por sitios en los que tampoco hay cobertura. Así que también podría pasar que se pusiese de parto y me cogiera por en medio del monte teniendo que ir a casa como un rayo.

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lunes, 13 de junio de 2011

092 Noche de parto


Anoche tuve un sueño un tanto extraño. Yo estaba de parto en medio de la calle, en un barrio viejo y una matrona me estaba indicando que empujase. No sabía cómo empujar o cómo respirar, ni tampoco por dónde iba a salir. De pronto no era yo el que estaba de parto, sino un actor de cine un tanto estrafalario y ya mayor que se dedica a hacer comedias. Ahora yo le asistía en el parto y mi mujer estaba a su lado animándole. El bebé nace y de pronto se rompe el cordón y empieza a salir sangre. Le digo a mi mujer que me traiga alguna pinza y me trae pinzas para tender la ropa. Acabo apretando el cordón a mano para que no se desangre esa criatura que tiene un brazo algo más pequeño que el otro. La matrona aparece de repente dándonos un susto y el bebé se resbala y cae al suelo.

Mi mujer también ha tenido otro sueño, aunque bastante mejor que el mío y menos surrealista. Estábamos en el fin de curso de mi sobrina, que es el próximo viernes. Ella se iba un momento al aseo con mi sobrina y de pronto se da cuenta que estaba toda mojada. Acababa de romper aguas y le dice a mi sobrina que vaya corriendo a buscarme.

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miércoles, 8 de junio de 2011

091 Una muestra de masoquismo

Dicen que el parto duele muchísimo, pero resulta curioso que estando ya en el siglo veintiuno, que existen numerosos medios para paliar el dolor, aún haya mujeres que quieran experimentar ese dolor con un parto completamente natural.
Resulta increíble pensar en la fuerza de la naturaleza, que a pesar de ocasionar ese gran dolor en el alumbramiento, las mujeres hayan continuado concibiendo y teniendo hijos. Seguro que si le hubiese tocado parir al hombre, hace miles de años que nos habríamos extinguido como especie.
Aunque ahora los tiempos han cambiado mucho, también me pregunto cómo se las apañarían antes las mujeres haciéndolo todo ellas solas en casa mientras la familia crecía y el marido siempre estaba ausente a causa del trabajo.
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domingo, 5 de junio de 2011

090 Pérdida de contacto

Antes de vez en cuando nos hacíamos masajes el uno al otro. Desde que está embarazada, casi parece que hayamos dejado de tocarnos. Nos abrazamos, nos acariciamos, pero hemos dejado de darnos esos masajes, que a veces también acababan con final feliz. Aunque todos los días le pongo aceite en la espalda o en la barriga y se la acaricio y masajeo un poco, no son los masajes de antes, además de que son unidireccionales, porque a mí nunca me llega nada.
Quizá uno de los factores, es que siempre está cansada y también la barriga sólo le permite acostarse de lado o boca arriba, aunque le han dicho que no es bueno acostarse boca arriba.
Así, con el embarazo han quedado relegadas muchas cosas en la vida de pareja y esto sólo ha hecho que empezar.
Es muy importante tratar todas estas cosas, porque creo que pueden afectar mucho a la vida de pareja, que quizá se encuentra ante una etapa frágil, en la que debe existir mayor comunicación y unidad que antes, y más cuando nazca el bebé.
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jueves, 2 de junio de 2011

089 Sorpresa al aire libre

Parece que está acompañando el buen tiempo, incluso con algunos días de bastante calor. Ahora cada día caminamos más, sobre todo, después de cenar o los fines de semana, aunque ella también da buenos paseos por la mañana.

Esperamos que tampoco haga mucho calor durante este último mes, porque dicen que se hace muy pesado durante el embarazo. Por el momento ella lo lleva muy bien.

Así, el domingo por la tarde, después de comer y hacer una pequeña siesta, nos fuimos a caminar por la montaña, entre unos campos de trigo, masías y pinares. Había una nitidez y un colorido espectaculares a nuestro alrededor; el cielo tan azul, el verdor de los campos y la gran tranquilidad, lejos de la ciudad...

De pronto, fue ella la que me propuso un poco de placer. ¡Casi me da un vuelco el corazón!. ¡Mi sueño dorado!. ¡Sexo al aire libre!. ¡No lo podía creer!. Fue algo inolvidable, duradero, que tras varios días aún perdura en mi mente, donde yo era el centro de un huracán en medio de aquella apacible naturaleza, sobre la hierba fresca, con la luminosidad del sol de la tarde, sintiendo esa corriente de placer recorriendo todo mi cuerpo. Para mí, nada se puede comparar. Naturaleza viva, instintos primarios... ¡Ojala se repitiese la experiencia!.

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