lunes, 3 de enero de 2011

036 El pan bajo el brazo

Empezamos un año nuevo lleno de incertidumbre, con muchos recortes sociales y la subida de impuestos. Sube el gas, la luz, la compra semanal; se retiran algunas de las ayudas por desempleo y también el llamado "chequebebé".
Vivimos también una situación laboral y económica muy inestable que me preocupa. Parecen los anuncios de la llegada del fin del mundo y como se dice en Mateo 24, 19, ¡Ay de las que estén encintas o criando en aquellos días!.
Como tantas otras familias, yo podría perder el trabajo y tener que cargar con una hipoteca, un préstamo del coche, comida, agua, luz, gas, teléfono, contribución..., además de los gastos que pueda suponer el bebé.
Se decía antes que los niños venían con un pan bajo el brazo, pero ahora no parece ser muy buena época y esto mismo es lo que antes me hacía pensar que no merecía la pena traer niños al mundo, dada esta sociedad en la que vivimos. Por supuesto que en muchos sentidos hemos avanzado: Ya no vamos con pistolas por la calle, hay menos guerras, más bienestar (para algunos), más derechos, libertades e igualdades. Pero en otros aspectos estamos retrocediendo: Somos más egoístas, materialistas, individualistas, consumistas, manipuladores,...
Quizá cabe provocar ya el fin del mundo que conocemos ofreciendo una educación diferente a las nuevas generaciones, pero quizá esa sea labor que pocos padres están dispuestos o capacitados para llevar a cabo y el proceso aún será demasiado largo.
Por suerte, quizá vivimos en un tiempo que nos lleva a cuestionárnoslo todo y a probar la veracidad de cuanto se dice, se hace, se piensa o se cree y eso, de algún modo, nos llevará buscar respuestas y a mirar al mundo y a nuestros semejantes de otra manera.

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