miércoles, 22 de diciembre de 2010

028 Miedos

Que el feto esté bien formado es quizá una de las mayores preocupaciones que puede haber durante el embarazo. Y ante posibles malformaciones, también pueden surgir cuestiones entorno al aborto. Se barajan aquí argumentos éticos, morales o religiosos. Nosotros lo hemos hablado y en este sentido lo tenemos claro: no queremos traer al mundo un ser que durante toda su vida pueda depender de nosotros o de otras personas, en caso de que los padres fallezcamos. Pero no todo resulta tan fácil. Practicar un aborto también puede suponer un riesgo para la madre, además de interrumpir una vida, que realmente tampoco sabemos cómo puede ser o qué nos podría aportar a nosotros y al mundo.
Sin duda teorizar es siempre muy fácil, y más cuando lo hacemos sobre las decisiones que creemos deben tomar los demás, o desde la imaginación o la distancia. Vivirlo en las propias carnes siempre es otra historia. Lo cierto es que llegado el momento ya se vería que haríamos y siempre trataremos de tomar la que creamos que es la mejor decisión, quizá en función del momento, nuestras creencias y recomendaciones profesionales.
Otra preocupación es que vinieran más de uno, aunque quizá a nosotros no nos preocupa tanto. Ya se vería cómo salir adelante con nuestros recursos y disponibilidades. Es algo con lo que habría que adaptarse, por supuesto sin dejar de lado la ilusión de ser padres y hacerlo lo mejor posible. Sin duda, al principio y con nuestra inexperiencia, sería más duro y sacrificado, pero nada que no pueda superarse.
El parto, el dolor, son cuestiones que quizá le deberían preocupar más a ella, que lo va a vivir en sus propias carnes. He de decir que tuve dos cólicos de riñón y lo pasé fatal. En el umbral del dolor dicen que el dolor que produce el parto y el cólico renal, son similares. Yo lo pasé realmente mal, total para sacar dos piedrecillas del tamaño de un grano de arroz.
Lo cierto es que también me preocupa su dolor, incluso preferiría cargar yo con él. Y por supuesto no quisiera que hubiese complicaciones que pudieran suponer riesgos para el niño o la madre. Esperemos que todo vaya bien.
Tampoco quiero adelantar acontecimientos, pero es una absurda realidad creer que las cosas malas siempre les pasan a los demás, porque al fin y al cabo, nosotros también formamos parte de ese grupo al que llamamos "los demás".

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