miércoles, 15 de diciembre de 2010

021 El retorno

Las dificultades siempre son una gran oportunidad de aprendizaje y maduración, y más en un mundo en el que nos aferramos a personas, comodidades, ideas, posición social, posesiones, creencias,... y en el que realmente nada es eterno. Eso sí, siempre hay gente que sale reforzada, indistintamente del resultado y otra, en cambio, se hunde con la dificultad, incluso aunque se supere.

Yo estaba dispuesto a seguir una nueva vida; estaba abierto a nuevos horizontes aunque fuesen inciertos y me gustase más la seguridad de la tierra conocida, dentro de una relación que siempre había sido perfecta hasta el momento. ¡Quién sabe los designios de la vida!. Pero incluso esta amarga situación que podía llevar a la ruptura, resultó a su vez perfecta y muy enriquecedora; por suerte, se reforzó aún más nuestra relación de pareja y actitud ante la vida y los demás.

Hasta el momento, nunca habíamos querido tener hijos. Tampoco habíamos querido casarnos. Quizá queríamos vivir como eternos recién enamorados, siendo siempre novios, que dicen que es la etapa más bonita de una relación de pareja.

Lo cierto es que tras aquella experiencia, seguimos siendo novios, aunque estamos casados. Seguimos enamorados y además, ahora también decidimos tener hijos.

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