jueves, 25 de noviembre de 2010

007 Y un virus que pasaba por allí


Ella no va a trabajar. Se encuentra mal. Me parece que este será un embarazo muy largo. Por lo pronto son poco más de las seis de la mañana y estoy escribiendo con sueño, pero también con ilusión y apasionadamente.
Yo tengo que ir a trabajar. Lo cierto es que como siempre me gustaría mucho más estar a su lado, pero la vida sigue su curso y yo estoy en su cauce. Me llaman todos a lo largo de la mañana. Lo comento con mis compañeras. ¡Tengo un sueño!.
Llego a casa con mucha hambre. Como cualquier cosa. Me acuesto un ratito, sin relajarme mucho porque he de volver a trabajar. Acabaré pronto.
Por la tarde trato de coger cita para su médico de cabecera, pero esta tarde libra. Hasta dentro de tres días no tiene ningún hueco para atender. Le explico el problema a la mujer de recepción y acogidas. Podemos esperar a que acabe de pasar consultas el médico de guardia. Me vuelvo a casa y ahora vamos los dos a ver si un médico puede decirle algo más o si puede comer o no. Al menos en el mostrador de este otro ambulatorio nos atienden muy bien, y cogemos cita con el médico de guardia. Mientras esperamos, le vuelven las agonías. Le pide una bolsa a la mujer de la limpieza.
Llega nuestro turno. Entramos a la consulta. El médico es un hombre con pelo cano y corto con una barba también blanca sobre una cara redondeada. Parece simpático y un buen hombre, o por lo menos intenta parecerlo. Diarrea, vómitos, dolor abdominal... Diagnóstico confirmado.
-          No comas nada hasta mañana. Bebe mucho suero.
-          No he podido coger cita con mi médico de cabecera hasta el jueves.
-          Si yo te he podido atender, tu médico también te podrá ver mañana.
Bueno pues, nos vamos a casa. Ella vuelve a acostarse. Recojo la cocina. Limpio el aseo que parece salpicado por un pato desde un octavo piso. Recojo la ropa. Paso la mopa. Purgo los radiadores de la calefacción porque se acerca el invierno. Preparo la comida para mañana. Meriendo. ¡Estoy cansado!. Saco al perro. Ceno unas tostadas y a dormir pronto. Mañana será otro día.

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