viernes, 31 de diciembre de 2010

035 Apellidos

Me parece algo realmente machista poner siempre delante el apellido del padre. No le veo sentido alguno, sino el de prorrogar la estirpe familiar y total, si nace niña, pronto se pierde ese apellido.
En este sentido, y también a modo de homenaje a los padres de ella, que pude conocer durante muy poco tiempo, me gustaría poner delante el apellido de ella. Ahora la ley ya lo permite. Igual puede haber a quien no le siente bien, pero como todo, estas son nuestras decisiones y cabe, por lo menos, respetarlas. Pienso que "la sangre" y los apellidos están sobre valorados. Son vínculos de apego, con los que de algún modo podemos sentir el derecho de propiedad o pertenencia entre las personas: mi hijo, mi padre, mi abuelo, mi mujer. También puede decirse que son nuestras señas de identidad, pero creo que la identidad realmente se halla en nuestra manera de vivir, de relacionarnos con los demás y nuestro sentimiento de que formamos parte de algo o alguien.
Pienso que los niños y las personas van por el mundo sin pertenecer a nadie, siguiendo cada uno su propio camino. Simplemente hemos de dar gracias por aquellos tramos del camino que tenemos la oportunidad de recorrer juntos y vivirlo lo más a gusto posible, aceptando que el otro siempre puede tomar un rumbo diferente, que bien puede que no sea de nuestro agrado.
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jueves, 30 de diciembre de 2010

034 ¿Preparamos la habitación del bebé?

Estoy cansado. Tengo unos días de vacaciones y no sé cómo me las apaño, pero siempre me toca hacer más trabajo que si estuviese trabajando. Llevamos unos días pintando la casa.
Aunque aún queda tiempo, no vamos a preparar una habitación para el bebé con adornos de florecitas o insectos; de color rosa si es niña, o azul si es niño. Simplemente estamos pintando toda la casa de blanco, porque ya tocaba y más después de haberla alquilado. Quería ir pintándola yo sólo, a mi propio ritmo y sin prisas, pero ella también se ha empeñado en pintar.
Ha estado pintando como un mulo, sin quejarse, poniéndole ganas, a pesar de su estado. Es una mujer fuerte. Yo le he dicho que no se lo tomase tan a pecho y que no hiciese sobre esfuerzos, que no corría prisa, pero en este sentido, ella es tan terca como yo. También acaba reventada.
Por el momento, dada nuestra ajustada economía, tampoco vamos a comprar los muebles para la habitación del bebé. Reciclaremos todo lo que podamos aprovechando cunas, cambiadores y todo lo posible de nuestros sobrinos. ¡Menos mal que no somos orgullosos!. Tampoco vamos a hacer lista de bautizo o de nacimiento para que los demás se gasten aquello que no nos vamos a gastar nosotros, y menos en estos tiempos de crisis.
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martes, 28 de diciembre de 2010

033 En forma

El tiempo va pasando poco a poco y parece que esa barriga empieza a notarse algo más. Le aprietan los pantalones, e incluso las bragas. Pronto habrá que pensar en comprar ropa de "premamá", pero sobre todo, habrá que prepararse para la tarea de ser padre: cómo cogerlo en brazos, cómo cambiarle, cómo atender sus necesidades... Y también jugar con él. Se sabe que los niños tienen una vitalidad y energía que puede resultar agotadora para sus padres. Debo prepararme, estar en forma para poder aguantar su ritmo una vez el vaya creciendo y yo también vaya entrando en años. Espero no anquilosarme y mantenerme ágil y activo como siempre, pero sobre todo, estar a su lado guiando sus primeros pasos lo mejor que pueda, para que sea una persona autónoma, sociable, honrada, justa, comprensiva y considerada con los demás. Pero por el momento, sólo cabe esperar pacientemente, deseando que todo vaya bien.
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lunes, 27 de diciembre de 2010

032 El deseo y el placer

Yo esperaba un verano con mucha actividad sexual, tras decidir que queríamos ser padres, pero con aquella afección cutánea en la "vara de procrear", todo se fue al garete. No hubo el contacto íntimo sin barreras de látex que todo hombre desea para vivir un verano de película, apasionado y ardiente, al desnudo o al aire libre con una total libertad paradisíaca.
Me tuve que conformar con iniciar aquellas acciones con la llegada del otoño y con más ropa de por medio, en la misma cama y entre las mismas cuatro paredes de siempre. Mis sueños dorados se fueron al garete. Ahora que voy a ser padre, estos deseos me parecen ya una inalcanzable meta del pasado. Se desvaneció esa oportunidad de deseos adolescentes insatisfechos.
Pero bueno, se abre una nueva etapa, en la que sin guardar rencor o insatisfacción alguna, me queda el consuelo de poder imaginarlo y escribirlo, como también hice en una novela (Secretos de Pareja) para un concurso erótico, con la que pretendí no dejar nada en el tintero y dejar salir los deseos más íntimos.
Parece que nos han hecho creer que la sexualidad es una tarea únicamente reproductiva, pero por suerte la influencia de estas corrientes va quedando atrás con la llegada de las nuevas generaciones. La sexualidad humana es un hecho claramente diferenciador del reino animal, que juega un importante papel en el desarrollo individual y en nuestra relación con los demás. La propia biología nos permite hacerlo de manera que nos podamos mirar a la cara el uno al otro y sin depender de los ciclos de celo, como en otras especies animales. Tenemos pues la oportunidad de disfrutarla y ser felices con ella, o reprimirla y vivir una insatisfacción o una frustración que deseamos trasladar a los que piensan y la viven de manera diferente a la nuestra.
Así que después de catorce semanas yo he de decir lo que realmente me apetece, aunque suene egoísta, vulgar, inmoral: "Quiero mojar". Por suerte, aunque suene desesperado, parece que empiezo a hacerme a la idea y después de todo, lo llevo bastante bien. Eso sí, el día que tenga la oportunidad... quien sabe lo que puede pasar.
Yo esperaba un verano con mucha actividad sexual, tras decidir que queríamos ser padres, pero con aquella afección cutánea en la "vara de procrear", todo se fue al garete. No hubo el contacto íntimo sin barreras de látex que todo hombre desea para vivir un verano de película, apasionado y ardiente, al desnudo o al aire libre con una total libertad paradisíaca.
Me tuve que conformar con iniciar aquellas acciones con la llegada del otoño y con más ropa de por medio, en la misma cama y entre las mismas cuatro paredes de siempre. Mis sueños dorados se fueron al garete. Ahora que voy a ser padre, estos deseos me parecen ya una inalcanzable meta del pasado. Se desvaneció esa oportunidad de deseos adolescentes insatisfechos.
Pero bueno, se abre una nueva etapa, en la que sin guardar rencor o insatisfacción alguna, me queda el consuelo de poder imaginarlo y escribirlo, como también hice en una novela (Secretos de Pareja) para un concurso erótico, con la que pretendí no dejar nada en el tintero y dejar salir los deseos más íntimos.
Parece que nos han hecho creer que la sexualidad es una tarea únicamente reproductiva, pero por suerte la influencia de estas corrientes va quedando atrás con la llegada de las nuevas generaciones. La sexualidad humana es un hecho claramente diferenciador del reino animal, que juega un importante papel en el desarrollo individual y en nuestra relación con los demás. La propia biología nos permite hacerlo de manera que nos podamos mirar a la cara el uno al otro y sin depender de los ciclos de celo, como en otras especies animales. Tenemos pues la oportunidad de disfrutarla y ser felices con ella, o reprimirla y vivir una insatisfacción o una frustración que deseamos trasladar a los que piensan y la viven de manera diferente a la nuestra.
Así que después de catorce semanas yo he de decir lo que realmente me apetece, aunque suene egoísta, vulgar, inmoral: "Quiero mojar". Por suerte, aunque suene desesperado, parece que empiezo a hacerme a la idea y después de todo, lo llevo bastante bien. Eso sí, el día que tenga la oportunidad... quien sabe lo que puede pasar.
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domingo, 26 de diciembre de 2010

031 Protagonistas



Sin duda, los verdaderos protagonistas durante el embarazo, son la mujer y el bebé que se está formando en su vientre. Todo gira entorno a ellos dos y el padre parece quedar en un segundo plano. Se centran las atenciones en la embarazada, sus cambios hormonales y morfológicos, su apetito, su estado anímico y de salud, los antojos, las necesidades alimenticias y la supresión de esfuerzos. Todos están más pendientes de ella y que no haga nada que pueda entrañar algún riesgo para el bebé durante los tres primeros meses en que se está formando todo.
Quizá antes del embarazo, la atención de la mujer recaía sobre el marido. Después esa atención se desvía del padre y se concentra en la mujer. Cuando nazca el bebé, esa atención ahora se volcará sobre él y a partir de ahí, ya todo será diferente en la vida matrimonial. La participación, el apoyo mutuo, la buena comunicación y expresar los sentimientos de cada uno es algo muy importante, y especialmente más en estos momentos.
Todos tenemos pues nuestros momentos de protagonismo, pero también hay que dejar paso al de los demás, aunque quizá de alguna manera yo también busco mantenerlo y alimentarlo a través de la escritura de este diario.
Dicen que tras miles de generaciones, al quedar el hombre en un segundo plano frente a su incapacidad de dar vida, le ha producido sentimiento de inferioridad y esto a jugado un gran papel en el dominio de las mujeres por el hombre, para de algún modo sentirse superior, sentirse el protagonista ante el mundo y los demás.
Por mi parte, yo prefiero registrar y exponer aquí mis emociones, sentimientos, preocupaciones y deseos, también algunas de nuestras intimidades, para ser igualmente un protagonista más de esta historia, de manera algo menos villana y un poco más humilde, e incluso a veces, comunicar aquello que no reúno el valor de decir a la cara.
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viernes, 24 de diciembre de 2010

030 Primera Ecografía

Ayer yo tenía un almuerzo en el trabajo. También teníamos la ecografía a las 11:50. Yo saldría antes para recogerla con tiempo e ir al hospital. Mi mujer se levantó con tranquilidad para ducharse cuando de pronto recibió una llamada telefónica. Le habían adelantado la hora de la ecografía. Enseguida me llamó por teléfono pero yo no lo llevaba encima. Llamó a la oficina pero no había nadie porque estábamos todos almorzando.
Los nervios empezaron a apoderarse de ella, así que tuvo que acercarse al trabajo. "Que nos han adelantado la hora". Apenas sin despedirme, recojo mis cosas y salgo como un rayo. "Feliz Navidad a todos". Cojo el coche y lo encañono hacia el hospital. Cuando llegamos a la consulta, después de buscarla por los pasillos y preguntar a varias personas, nos encontramos con una pareja que ella conoce. También van a ser padres.
Tras apenas tres minutos de espera, pasamos a la consulta. Entregamos los papeles y ella se tumba en una camilla. La enfermera le pide que se destape la barriga y le vierte una crema transparente, igual que si le estuviera poniendo ketchup a una hamburguesa. Pronto acude el médico, que parece alguien simpático y empieza a mover el ecógrafo por su abdomen. "Vamos a ver si hay uno o dos", digo yo tratando de animar un poco el ambiente. Resulta algo difícil identificar qué se ve en esas imágenes tan borrosas en blanco y negro. Como yo estoy a los pies de la camilla, lo voy viendo todo, pero a ella el monitor le queda de lado y no ve nada. "Bueno, nos conformamos con uno. Ahora te giro el monitor", le dice el médico. "Con que esté bien", dice ella.

"Vamos a ver si está entero", continúa diciendo el médico. Nos señala las manos, las piernas. Si él lo dice, nosotros lo creemos y lo vemos. ¡Ese renacuajo no para de moverse y dar saltos!. Me embarga una gran emoción. Resulta maravilloso ver esa pequeña forma de vida que está ahí, dentro de esa barriguita apenas perceptible. "Ahora vamos a oírle el corazón". Parece el sonido de una fábrica a pleno rendimiento. "Ahora te vuelvo a girar el monitor. Un momento que lo mida". Le grita unos datos a la enfermera. Y esa criatura sigue moviéndose y dando saltos. No me extraña, con tantos nervios y corriendo de buena mañana y tras tirarle encima esa crema tan fría, con lo calentito que estaba él ahí dentro.

"Bueno, sé que os pasaríais todo el día mirándolo, pero no puede ser. Está todo bien", dice el médico para indicarnos que el tiempo se ha acabado y debemos dejar la consulta. "Os imprimo unas fotos para que fardéis con la familia". Lo cierto es que como médico, no sé, pero como fotógrafo, deja bastante que desear.
Habremos estado unos cinco minutos. Salimos de la consulta y nos encontramos a otra pareja que ella también conoce. ¡Vaya, parece que nos vamos a juntar un montón!. "Podríamos ir a un médico privado dentro de unas semanas para saber algo más", acaba diciendo ella.
Según la medición del pliegue nucal, nos ha salido un riesgo bajo de Síndrome de Down, pero claro, todo depende de la exactitud de la medición del médico, y con tantas prisas, nunca se sabe. Seguro que un especialista privado nos da más detalles, nos deja verlo más tiempo, e incluso, si esperamos unas semanitas, nos puede decir si es chico o chica.
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jueves, 23 de diciembre de 2010

029 Niño o niña

Hoy tendremos nuestra primera ecografía. Aún es muy pronto para saber el sexo del bebé, que debe rondar entorno a las doce semanas. Dicen que hasta la semana dieciocho no se puede saber con certeza, pero al menos sabremos si viene uno o dos y si todo marcha más o menos bien.

“¿Qué preferís, niño o niña?”, nos pregunta la gente. Lo cierto es que nos da igual y ante la duda, uno de cada, que la parejita siempre hace ilusión y con nuestra edad, ya no estamos para segundas intentonas. ¡Je!, ¡Je!. Parece que la gente no cree que no tengamos alguna preferencia. Pues no. Ni siquiera hemos pensado en el nombre aún, tanto en el de chico como en el de chica.

Si por introducir variedad se trata, de todos los nuevos miembros de la familia predominan las chicas, así que no estaría mal un chico. Bueno, ya se verá, porque sea lo que sea, es tarde para elegir y tampoco depende ya de nosotros.

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miércoles, 22 de diciembre de 2010

028 Miedos

Que el feto esté bien formado es quizá una de las mayores preocupaciones que puede haber durante el embarazo. Y ante posibles malformaciones, también pueden surgir cuestiones entorno al aborto. Se barajan aquí argumentos éticos, morales o religiosos. Nosotros lo hemos hablado y en este sentido lo tenemos claro: no queremos traer al mundo un ser que durante toda su vida pueda depender de nosotros o de otras personas, en caso de que los padres fallezcamos. Pero no todo resulta tan fácil. Practicar un aborto también puede suponer un riesgo para la madre, además de interrumpir una vida, que realmente tampoco sabemos cómo puede ser o qué nos podría aportar a nosotros y al mundo.
Sin duda teorizar es siempre muy fácil, y más cuando lo hacemos sobre las decisiones que creemos deben tomar los demás, o desde la imaginación o la distancia. Vivirlo en las propias carnes siempre es otra historia. Lo cierto es que llegado el momento ya se vería que haríamos y siempre trataremos de tomar la que creamos que es la mejor decisión, quizá en función del momento, nuestras creencias y recomendaciones profesionales.
Otra preocupación es que vinieran más de uno, aunque quizá a nosotros no nos preocupa tanto. Ya se vería cómo salir adelante con nuestros recursos y disponibilidades. Es algo con lo que habría que adaptarse, por supuesto sin dejar de lado la ilusión de ser padres y hacerlo lo mejor posible. Sin duda, al principio y con nuestra inexperiencia, sería más duro y sacrificado, pero nada que no pueda superarse.
El parto, el dolor, son cuestiones que quizá le deberían preocupar más a ella, que lo va a vivir en sus propias carnes. He de decir que tuve dos cólicos de riñón y lo pasé fatal. En el umbral del dolor dicen que el dolor que produce el parto y el cólico renal, son similares. Yo lo pasé realmente mal, total para sacar dos piedrecillas del tamaño de un grano de arroz.
Lo cierto es que también me preocupa su dolor, incluso preferiría cargar yo con él. Y por supuesto no quisiera que hubiese complicaciones que pudieran suponer riesgos para el niño o la madre. Esperemos que todo vaya bien.
Tampoco quiero adelantar acontecimientos, pero es una absurda realidad creer que las cosas malas siempre les pasan a los demás, porque al fin y al cabo, nosotros también formamos parte de ese grupo al que llamamos "los demás".
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martes, 21 de diciembre de 2010

027 Comunicándolo a la familia

El pasado domingo fue el cumpleaños de mi mujer. Quisimos aprovechar la ocasión como excusa para juntar a toda mi familia y darles la noticia personalmente, aunque todos estaban ya al tanto porque lo comunicamos por correo electrónico y por teléfono o quizá también lo sabían a través del propio “blog”. Pero queríamos hacerlo “de manera oficial” diciéndolo personalmente y a la cara.

No salió todo lo bien que me habría gustado.

Por el momento sólo lo habíamos dicho a mis padres, mi hermano y sus hermanos. Quedaba pues toda mi familia, dado que a ella poca familia más le queda o guarda relación. Yo aún habría demorado un poco más el encuentro hasta que dentro de unos días le hagan la primera ecografía y quizá poder dar algún detalle más. Pero bueno, el cumpleaños estaba ahí y retrasarlo demasiado tampoco me parecía muy adecuado, y menos después de publicarlo hasta en Internet.

Nos sentimos un poco violentados y como extraños en nuestra propia casa. En realidad todos lo sabían y yo no encontraba el momento o la manera de decir lo que todos conocían. Ella tampoco dijo nada. Al fin y al cabo era mi familia y con la suya también lo habíamos hecho, pero sin duda fue muy diferente. Todos se volcaron en sus propias conversaciones o centrando las atenciones sobre los miembros más jóvenes de la familia. Así que yo no supe como introducir la noticia. Lo cierto es que se habló más del pudin de manzana que había preparado para la ocasión, que del estado de mi mujer, hasta que a una de mis tías se le ocurrió decir “bueno, ¿cuando lo vais a decir?”. Aquello me acabó de descolocar y no pude decirlo de la manera en que quizá cabía esperar. Al final todos se fueron desfilando de la misma manera que habían entrado.

Parece que cuando las relaciones familiares no son fluidas y están distantes, nadie se conoce lo suficiente o tampoco existe la confianza necesaria o el clima de afecto y comunicación necesario para que haya calidez y todo resulte más fácil. Pero en fin, me consuela saber que como siempre he sido el “rarito de la familia”, todo me está permitido, porque efectivamente para ser “raro”, debo afianzar el concepto que se forman de mí quienes en realidad poco me conocen (yo tampoco puedo decir que los conozco a ellos).

Sin duda debo ser más tolerante y comprensivo; menos exigente y acercarme más a ellos, aunque si esto no se ha estimulado desde pequeños, ya no nace y también resulta más difícil cultivarlo. Lo mismo sucede a la inversa. Pero bueno, después de todo, nos juntamos, merendamos, se pasearon y sin duda algo más de que hablar daríamos.

Finalmente, con algo que alimenta mis turbaciones me quedé: “con que esté todo bien...”.

 

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lunes, 20 de diciembre de 2010

026 El mayordomo en casa

Me gusta cocinar. De hecho en casa prácticamente soy el dueño de la cocina. Hago los menús semanales, la lista de compra y también voy al supermercado. Después queda la preparación. Puedo decir que soy capaz de no repetir una receta en dos meses. Parte de esta afición nace de mi trabajo. Aprendí a cocinar para dar clases de cocina. También hice algunos cursos, pero sobre todo, disfruto comiendo algo que he preparado yo. Algunas de estas recetas, las publico en otro de mis cuadernos de bitácora (Hoy qué Cocinamos).

Sé congeniar bastante bien mi trabajo con el tiempo necesario para cocinar, pero a veces también estoy cansado y no me apetece demasiado cocinar, porque igualmente me gusta tener la casa con algunos mínimos de orden y limpieza. Así también he de limpiar las cacerolas, poner el lavavajillas, la lavadora y la secadora (grandes inventos que hacen mi vida un poco más fácil), guardar los platos, vasos y cubiertos en su sitio. Paseo al perro, que no para de soltar pelusa y cualquier día lo flameo con un soplete para librarme de tantos pelos por doquier. Paso la mopa o el aspirador, barro, paso la fregona; limpio la cocina y el aseo, quito el polvo de los muebles.

¡Menos mal que nuestra casa es pequeña!. Lo único que se me amontona más, es la ropa. Plegarla y guardarla en el armario lo voy dejando siempre para el final, para mañana. ¡Ya no puedo más!. Menos mal que en esto ella si que me ayuda.

Por lo demás, estoy satisfecho y le doy las gracias a mi madre porque ha sabido hacer de mi una persona realmente autónoma e independiente que no necesita “una mujer que se lo haga todo”. Pero quizá esto sólo sea la preparación para cuando venga el bebé, que ahí realmente ando mucho más perdido. Por suerte ella trabaja en una guardería y estas cuestiones las tiene dominadas. Seguro que aprenderé.

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domingo, 19 de diciembre de 2010

025 Creatividad (CENSURADO)

Mi mujer dice que no le hace gracia que comente determinadas cosas, que quiere un poco de intimidad, y menos si las va a leer su suegra, que luego vine llena de picardía a comentar alguna de las cosas que aquí se tratan, con un pequeño guiño de complicidad que entiendo pretende ser simpática. Admito que esos contenidos forman parte de una versión más comercial que según estadísticas de entradas leídas, es lo que más se demanda, o más le interesa leer a la gente. Pero bueno, se reservan para otras publicaciones.
Aunque tengo permiso para difundirlo en la novela, que igualmente cualquiera puede leer, entre tantos, mi madre, como con las otras dos publicaciones anteriores, por el momento aquí se reservan esos detalles en los que doy breves pinceladas de cómo uno se lo monta para obtener placer, cuando la mujer está embarazada y las ganas o el permiso para ello se desvanecen.
 
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sábado, 18 de diciembre de 2010

024 El hombre sólo piensa en sexo

Dicen que los hombres piensan en el sexo cada 52 segundos o el 90% del día (quizá salvo intelectuales y religiosos), mientras que las mujeres lo hacen pocas veces al día. Se añade además que el tiempo que no piensa en sexo, piensa en mujeres. No sé si este será mi caso, porque no me he parado a medirlo. Quizá estaba muy ocupado pensando en otras cosas. ¡Je!, ¡Je!. O quizá como no lo practico, sólo me queda pensar en ello, pero de pensar, también se alimentan las ganas y con verla a ella...

En realidad hace casi tres meses que de “mojar el churro” nada de nada. Y en cuanto a comer mejillones, el día que lo intenté, a ella le produjo un dolor en el vientre que casi se le indigesta. Me parece que estaba demasiado tensa. ¿Miedo?. Lo cierto es que con esto se reforzó la barrera hacia cualquier tipo de práctica durante el embarazo, pero el día que la coja...

Dicen que hay que ser creativos, que en las relaciones sexuales hay mucho más que la genitalidad, pero resulta un engorro tener que ir pidiendo limosna, porque si por ella fuera, parece que nada de nada y si es por mi parte, uno antes de cada comida. Creo que deberíamos invertir más tiempo en caricias, masajes y demás, pero admito que siempre espero ese final feliz que me gustaría que ella disfrutase tanto como yo.

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